¡Hola! Soy Arcindo

Fecha de publicación: enero 2, 2025

Compartir:

Hoy nos alegra compartir la historia de uno de nuestros beneficiarios: Arcindo. Su trayectoria es un inspirador ejemplo de resiliencia y determinación, un testimonio de cómo superar numerosos desafíos. Desde sus raíces modestas en Las Ánimas, Chocó, hasta perseguir su sueño de convertirse en ingeniero mecánico, Arcindo ha enfrentado obstáculos que han detenido a muchos otros estudiantes. A través de su perseverancia, dedicación académica y profundo deseo de contribuir a su comunidad, demuestra que incluso los mayores desafíos pueden superarse. Su historia ejemplifica el potencial que todos tenemos para generar cambios e inspirar a otros.

¿Quién es Arcindo?

Soy un estudiante de ingeniería mecánica en la Universidad Nacional de Colombia. Crecí en Las Ánimas, en el municipio de Unión Panamericana, en el departamento del Chocó. Soy el séptimo de nueve hijos, de los cuales cinco han tenido acceso a educación superior. Una de mis hermanas es profesora, otras dos estudian trabajo social, otra contabilidad, y yo ingeniería mecánica. Mi mamá ha sido minera artesanal de oro toda su vida, mientras que mi papá ha trabajado en varios oficios, incluyendo agricultura, construcción, minería y otros más. Aunque mi papá asistió al colegio, no se graduó de bachiller, y mi mamá no tuvo la oportunidad de estudiar.

Me he destacado por mi desempeño académico y liderazgo en mi comunidad. Recibí varias menciones de honor en mi colegio por mis resultados académicos. En 2016, obtuve el puntaje más alto en el examen Saber 11 (examen nacional estandarizado de educación media) en mi municipio. En cuanto a actividades de liderazgo, fui representante estudiantil ante el consejo administrativo de mi colegio para llevar la voz de los estudiantes y asegurarme de que sus decisiones siempre consideraran el bienestar de los alumnos. En mi comunidad, desempeñé el papel de líder buscando ser un agente de cambio. Me interesaba cuestionar dinámicas sociales que consideraba necesitaban evolucionar. Actualmente, estoy lejos de casa cursando mi carrera universitaria, pero quiero regresar y ser un impulsor del cambio en mi comunidad.

¿Por qué decidiste buscar un título universitario?

Varias personas me influenciaron para buscar estudios universitarios. Dos de ellas fueron profesores que, en diferentes momentos, me alentaron repetidamente a no limitar mis estudios al bachillerato. Además, una de mis hermanas e incluso un médico fueron fuentes de inspiración, cada uno a su manera. En total, diría que cuatro personas, en particular, construyeron un conjunto de experiencias a lo largo de mis años escolares que me motivaron a buscar una oportunidad de educación superior de alta calidad.

La primera persona que me influyó fue mi hermana inmediatamente mayor. Al igual que yo, ella fue una estudiante destacada, y cuando estaba a punto de graduarse del bachillerato, decidió solicitar ingreso a la universidad. Fue la primera persona de nuestra familia en aspirar a obtener un título universitario. Su interés de estudiar ingeniería me inspiró a seguir sus pasos y convertirme en ingeniero algún día. Ella fue un ejemplo para mí para empezar a considerar la idea de que algún día también podría estudiar en la universidad.

Más tarde, tuve un profesor en el colegio, llamado Renzo Mosquera Echeverry, quien cultivó en mí el amor por las matemáticas. Gracias a él, entendí que las matemáticas eran más que una materia escolar. Nos enseñó el valor del conocimiento como herramienta para construir un futuro mejor. Recuerdo que a menudo nos decía que un lápiz pesaba menos que una pala y una batea, las dos herramientas utilizadas en la minería artesanal en nuestra región. Nos recordaba que sería más fácil encontrar un futuro mejor a través de la educación que a través de la minería artesanal, que ha sido una ocupación tan recurrente en mi región.

La tercera persona que me motivó a estudiar fue un médico al que consultaba para un tratamiento. Las paredes de su consultorio estaban llenas de diplomas y certificados. Yo tenía alrededor de 13 años en ese entonces, y su consultorio me impresionó mucho. Aunque mi interacción con él se limitaba a consultas médicas, su ejemplo me hizo considerar la posibilidad de estudiar medicina en el futuro. Soñé con estudiar medicina durante varios años y llegar a ser cardiólogo pediátrico algún día.

La cuarta persona crucial en mi camino hacia la universidad fue un profesor de matemáticas que formaba parte del programa de preparación preuniversitaria al que pude acceder. Este profesor insistía repetidamente en que nos enfocáramos en oportunidades educativas de calidad fuera de nuestra región. Que desarrolláramos nuestro potencial más allá de las opciones educativas que ofrecía el departamento de Chocó. Su experiencia personal de superar limitaciones económicas para obtener una educación universitaria de excelencia y llegar a ser profesor universitario me inspiró enormemente.

Todas estas experiencias me llevaron a fijarme la meta de estudiar en la ciudad de Medellín. Estaba decidido no solo a ingresar a la universidad, sino también a salir de mi departamento. Inicialmente, intenté conseguir un cupo en la Universidad de Antioquia, pero no lo logré. Más tarde, la Universidad Nacional me ofreció la oportunidad de estudiar ingeniería mecánica, y no desaproveché esa oportunidad.

¿Cuál fue el mayor desafío que tuviste que superar para estar hoy en la universidad?

El mayor desafío fue el pesimismo de mi familia y mi comunidad. Mis padres, al ser de escasos recursos y con una familia numerosa, no tenían los medios para apoyarme económicamente en mis estudios. Además, al ser uno de los hijos menores y con mi padre ya mayor de 80 años, enfrenté resistencia para estudiar fuera de mi región. Tuve desacuerdos con mis padres durante algún tiempo, ya que solo consideraba estudiar en Chocó como último recurso. Resistir esa presión familiar y persistir en mi objetivo de ingresar a la universidad en Medellín fue mi mayor obstáculo. Si no lo hubiera superado, es probable que ya hubiera formado una familia y estaría dedicándome a varios oficios, siguiendo los pasos de mi padre.

¿Cuál es tu logro más destacado hasta ahora en la universidad del que te sientes más orgulloso?

Mi mayor fuente de orgullo es seguir siendo estudiante universitario en la Universidad Nacional. Con el tiempo, uno se da cuenta de que ser admitido en la universidad, a pesar de su dificultad, es solo el principio. El verdadero desafío radica en permanecer en la universidad. No solo implica superar los desafíos académicos, sino también mantener la motivación para seguir adelante a pesar de los retos personales que surgen. Personalmente, experimentar el cambio de dejar atrás a mi familia y mi pequeña comunidad para estudiar en una gran ciudad ha sido un proceso de adaptación y crecimiento muy significativo.

¿Cómo ha influido el apoyo de la fundación en tu experiencia universitaria?

Ingresar a la fundación marcó un punto crucial en mi trayectoria universitaria. Inicialmente, recibí el respaldo del programa PEAMA para mi preparación preuniversitaria y necesitaba mudarme a Medellín para comenzar mis estudios. A pesar de mis esfuerzos por conseguir fondos para financiar esta transición, una semana antes de iniciar mis clases, me vi en la situación de no contar con suficiente dinero para viajar a Medellín, ni tampoco tenía asegurada la vivienda o mi sostenimiento. Este fue un momento de gran incertidumbre que pudo haber marcado el fin de mis planes. Sin embargo, de manera inesperada, la pandemia llegó y me permitió quedarme con mi familia y continuar mis estudios de forma virtual durante los primeros semestres.

La Fundación impactU apareció como un rayo de esperanza para mí en medio de la pandemia. Sabía que el fin de la pandemia eventualmente me iba a obligar a enfrentar el desafío de mudarme a Medellín para continuar mis estudios. Con el tiempo, descubrí la existencia de la fundación y me enfoqué en buscar su apoyo de manera insistente. Gracias a este respaldo, pude trasladarme finalmente a Medellín al finalizar la pandemia y continuar con mis estudios de forma presencial. La llegada de la fundación fue un rayo de esperanza en un momento en que mi familia, la sociedad y yo mismo nos enfrentábamos a la incertidumbre generada por la pandemia. Además, personalmente estaba preocupado por la posibilidad de continuar mis estudios en Medellín de forma presencial.

¿Cómo te ves en el futuro?

Me gustaría continuar con mi educación después de obtener mi título universitario. En aproximadamente cinco años, me veo completando una maestría o incluso un doctorado. Mi objetivo es aplicar los conocimientos adquiridos para contribuir al desarrollo de Chocó y mi comunidad. Además, anhelo la oportunidad de compartir mi experiencia y conocimiento con las nuevas generaciones y aspirar a convertirme en profesor universitario. Lograr esta meta dentro de la Universidad Nacional sería un gran logro para mí, pero independientemente de la institución, mi objetivo principal es tener un impacto positivo en Chocó.

Para concluir, cuéntanos sobre Unión Panamericana, Chocó. ¿Qué extrañas? ¿Qué deberíamos conocer?

En mi comunidad, puedes experimentar la cálida hospitalidad de su gente, disfrutar de platos deliciosos y gozar de la exuberante naturaleza que nos rodea. La gente irradia una calidez especial y se siente el afecto general de todos, como visitante te vas a sentir como en casa. Personalmente, extraño mucho algunos de los platos típicos de la región, como el quebrado de queso, una rica sopa hecha con plátano verde, queso y hierbas, que me trae recuerdos de mi infancia. Igualmente se puede disfrutar de la rellena con primitivo que es un plato semejante a la morcilla pero condimentado con hierbas. Además, puedes disfrutar de bebidas como el guate agrio, una deliciosa mezcla de maíz, leche, panela y especias, así como de dulces como el birimbí, la cuca, las panochas de maíz y las cocadas. Por último, otro manjar que no puedes perderte es el jugo de milpesos, extraído del fruto de una palma y utilizado en varias preparaciones.

Más allá de su gente y su comida, hay actividades de naturaleza, culturales y religiosas que los turistas pueden disfrutar. Para los que quieran deleitarse con la naturaleza, recomendaría visitar los hermosos balnearios que ofrecen los diversos ríos en el municipio de Tadó. Desde Las Ánimas, puedes llegar en solo 15 minutos en carro. Los ríos Bochoromá, Mumbú y Tadocito son destinos imperdibles donde puedes disfrutar de un refrescante baño en aguas cristalinas y contemplar la belleza natural que los rodea. En cuanto a actividades culturales y religiosas, puedes visitar el santuario de San Ecceomo y participar en los festivales que celebramos en la región. En Union Panamericana, las fiestas patronales de San Joaquín son una ocasión para disfrutar de los bailes y comparsas tradicionales. Fuera del municipio, las festividades de San Francisco de Asís en Quibdó, que son un verdadero tesoro cultural.

A pesar de ser un pueblo pequeño, Las Ánimas, el municipio de Union Panamericana y el departamento del Chocó te ofrecen una variedad de experiencias gastronómicas, culturales y naturales que te dejarán maravillado. El Chocó es una región que todos deberían visitar al menos una vez en la vida, para descubrir su encanto único y sus tesoros ocultos.

¡Únete!

Muchos otros jóvenes estudiantes, como Arcindo, podrían beneficiarse enormemente de tu apoyo. Puedes marcar una diferencia significativa en sus vidas. Ya sea que dones tu tiempo como voluntario o contribuyas económicamente, tu aportación brindará un apoyo crucial para ayudar a otros estudiantes como Arcindo a lograr sus sueños educativos. Tu participación abrirá puertas para estas personas y contribuirá a construir un futuro más brillante para sus familias y comunidades. Apóyanos y cambiemos vidas juntos.

¿Quieres saber más sobre impactU?

Déjanos contarte sobre nosotros.

Explora y aprende

Giving Tuesday

UnDiaParaDar (GivingTuesday): Crea un legado de generosidad

noviembre 28, 2024
20241023-aparra-vqsepe-950x633

Andres Parra en “Venga que Si Es Pa’ Eso”

octubre 12, 2024