Los estudiantes menos favorecidos en América Latina corren un alto riesgo de fracasar en la universidad. En una región donde solo el 46% de todos los estudiantes universitarios finalmente se gradúan, los estudiantes desfavorecidos adicionalmente tienen que superar brechas educativas y dificultades económicas. Por lo general, provienen de zonas fuera de las grandes áreas metropolitanas con ingresos y estándares académicos más bajos. Mientras tanto, la mayoría de las universidades están ubicadas en grandes áreas urbanas con un alto costo de vida donde los estudiantes deben cubrir sus gastos de manutención. Estas realidades resultan en desigualdades estructurales para aquellas poblaciones fuera de las grandes ciudades.