El día de hoy iniciamos una serie de charlas con nuestros beneficiarios actuales. A través de estas entrevistas, queremos brindar a nuestros donantes, voluntarios y futuros beneficiarios una visión más cercana de las vidas que están siendo transformadas gracias al apoyo de muchos. En esta primera entrega, conocerás a Ketty, una dedicada estudiante de ingeniería cuyo viaje desde un pequeño corregimiento en Chocó hasta los pasillos de la Universidad Nacional de Colombia ejemplifica el impacto profundo de nuestro trabajo. La historia de Ketty es un testimonio de la diferencia que tu apoyo puede hacer, no solo en la vida de una estudiante, sino también en la de sus familias y comunidades. Al leer sobre sus desafíos y triunfos, esperamos que sientas la misma chispa de inspiración que nos impulsa todos los días.
¿Quién es Ketty?
Soy estudiante de ingeniería industrial en la Universidad Nacional de Colombia. Nací en el corregimiento de San José del Tabor del municipio de Tadó, Chocó, a orillas del río San Juan. Soy la sexta de ocho hijos, con dos hermanas, cinco hermanos y nueve sobrinos. Mi madre ha sido la figura central en la familia incluso antes de separarse de mi padre hace varios años. Ha dedicado toda la vida a la minería artesanal del oro para mantener económicamente a mi familia.
Soy la primera de mis hermanos en estudiar en la universidad y no ser madre adolescente, lo cual es atípico en las estadísticas de mi comunidad y posiblemente incluso de mi departamento. Dos de mis hermanos han tenido la oportunidad de estudiar después del colegio. Uno de mis hermanos estudió un programa técnico en servicio social y mi hermana menor actualmente está estudiando para ser auxiliar de enfermería. Dos de mis hermanos trabajan como barberos, mientras que otro trabaja en construcción y el más joven todavía está en el colegio. Aunque crecimos juntos, en los últimos años, mi familia se ha dispersado geográficamente. Algunos de mis hermanos se han ido a otras regiones en busca de mejores oportunidades laborales.
Disfruto dibujar con lápiz y escribir poesía, actividades que he estado haciendo desde que estaba en el colegio. Las encuentro calmantes y relajantes. Cuando dibujo siento que mi mente puede descansar, siento que todo lo que llevo dentro sale por mis manos y termina en un dibujo, estoy convencida de que cuando dibujo mis manos tienen vida propia, tienen sentimientos propios. También disfruto de las animaciones estilo animé, como “Overlord”. Disfruto la complejidad de los personajes y sus diferentes facetas. Además, disfruto del contenido crítico de sus historias, que descubres con el tiempo.
¿Por qué decidiste buscar un título universitario?
Nunca me imaginé estudiando en una universidad. Las circunstancias me llevaron a la universidad. En el corregimiento del Tabor, solo hay educación primaria y no secundaria. En mi corregimiento, quienes busquen graduarse del bachillerato deben superar dificultades de transporte y desplazarse al corregimiento de Playa de Oro donde se encuentra el colegio de bachillerato más cercano. Cuando tenía 11 años, opté por irme a vivir a Tadó y posteriormente a Quibdó para poder estudiar mi bachillerato. Durante esos años, trabajaba en casas de familia para mantenerme.
En mi corregimiento es raro seguir estudiando después del bachillerato. Especialmente si requieres apoyo adicional de tu familia, aunque en los últimos años ese pensamiento ha empezado a cambiar. A pesar de tener un buen rendimiento académico en el colegio y desear una educación adicional, no lo consideraba posible. Si no hubiera encontrado la oportunidad de estudiar, creo que probablemente estaría trabajando como empleada doméstica. Probablemente tendría una pareja e hijos, o más probablemente, sería madre soltera.
Al buscar alternativas antes de graduarme del bachillerato, conocí a Luis Eduardo Palomino, un representante del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (PEAMA) de la Universidad Nacional de Colombia. Este programa busca facilitar el acceso a la educación universitaria para estudiantes en municipios con difícil acceso a la educación o desafíos de orden público. A través de él, pude conocer el programa y obtener admisión. El programa me proporcionó una preparación académica preuniversitaria que me permitió mejorar mis deficiencias en mi educación escolar, y recibí apoyo adicional para ingresar a la universidad.
Durante ese tiempo, conocí a varios profesores y representantes como Teresa Ponton Ladino, Amanda Lucía Mora Martínez, Luis Eduardo Palomino y Wilmer, entre otros, que fueron decisivos para que ingresara al programa y completara su proceso. Me apoyaron académicamente, me brindaron un gran apoyo emocional y me convencieron de que ingresar a la universidad era una opción. Ellos me apoyaron en los momentos difíciles en que otras voces, o a veces yo misma, dudaban y cuestionaban mi sueño universitario.
Siento un agradecimiento especial hacia la profesora Teresa. Sus exigencias académicas me ayudaron a mejorar significativamente mis conocimientos en matemáticas. A pesar de estar acostumbrada a destacarme en el colegio, sus clases me hicieron consciente de áreas donde necesitaba una mejora sustancial. Fue muy especial para mí al combinar instrucción exigente con apoyo, comprensión y motivación.
¿Cuál es el desafío más grande que tuviste que superar para poder estar hoy en la universidad?
El mayor desafío que tuve que superar para estar en la universidad hoy fue la reacción inicial de mi familia. La decisión de seguir estudiando impactó la seguridad económica de mi madre y de mi familia en general. Como mencioné anteriormente, se espera que seas independiente al terminar tu bachillerato y que ni tus padres ni tu familia tengan que cubrir tus gastos. Decidir seguir estudiando no fue una decisión que inicialmente fue bien recibida por mi familia. También dudaron de mis posibilidades de éxito. Sin embargo, no solo tenía el sueño de seguir estudiando, sino que también tenía la posibilidad y la convicción personal de que este era mi camino. Decidí seguir adelante a pesar de que mi decisión afectara mi relación con miembros de mi familia. Superar esa reacción y avanzar con mi objetivo de estudiar en la universidad fue mi desafío más importante. Cada día, estoy más convencida de que fue mi mejor elección.
¿Cuál es el logro que has alcanzado hasta el momento en la universidad del que te sientes más orgullosa?
No es pasar una materia específica o completar un proyecto destacado lo que más me llena de orgullo. Lo que más me enorgullece es simplemente estar en la universidad. El hecho de que siga estudiando a pesar de todas las dificultades que he tenido que superar. Puedo despertarme todas las mañanas y estar en el campus universitario. Puedo decir con orgullo que soy estudiante de la Universidad Nacional de Colombia a pesar de todos los obstáculos que he enfrentado. Esa es mi fuente de orgullo más significativa, aunque pueda sonar algo simple.
Como mencioné antes, continuar mis estudios después de la escuela secundaria no fue posible para mí; lo creía y lo aceptaba. Estar en la universidad me ha permitido demostrar a los demás y a mí misma que puedo hacerlo. Me llena de orgullo y valor y me ayuda a creer que la educación cambia vidas, forma sueños y construye sociedad. La educación no debería ser un sueño o un privilegio; la educación debería ser para todos y en condiciones dignas.
¿Cómo ha influido el apoyo de la fundación en tu experiencia universitaria?
El apoyo de impactU ha tenido un impacto profundamente positivo en muchos aspectos de mi experiencia universitaria. Me ha brindado paz mental, felicidad, estabilidad y descanso. Ahora puedo disfrutar más plenamente de ser estudiante, de ser joven. También me ayuda a repensarme cada día. Saber que hay personas que ven valor en otros y brindan su apoyo desinteresado.
La fundación me ha permitido recibir clases de inglés con dos grandes voluntarias, Evelyne y Laura. Ahora, quiero aprovechar la oportunidad para mejorar mi inglés. Antes, el inglés era algo con lo que luchaba y no disfrutaba estudiar. Ser parte de la fundación me hace sentir que todos mis esfuerzos para llegar a la universidad valen la pena y dan frutos.
Además, la fundación me ha presentado a otros excelentes beneficiarios. Además, el constante apoyo y acompañamiento del director del programa me hacen sentir que no estoy sola en este camino. La fundación es una red de apoyo más cercana y accesible siempre presente para mí. Estoy agradecida por el apoyo que he recibido y la comunidad que he encontrado.
Gracias al apoyo de la fundación, puedo asistir a clases sin preocuparme por el alquiler, la comida o el transporte. Este apoyo me ha permitido mejorar mi relación con el resto de mi familia al aliviar la incertidumbre económica generada por mis estudios. Recuerdo los tiempos difíciles que pasé el marzo pasado. No tenía trabajo y necesitaba ahorrar más dinero para pagar mi parte del alquiler de la habitación que compartía con mi compañera de cuarto. Necesitábamos más para comprar alimentos o materiales escolares para la universidad. Un año después, puedo estar aquí teniendo esta conversación, y mi mayor preocupación es pensar en el examen parcial que tengo que estudiar. Mi compañera de cuarto también está mucho mejor ahora, pero dejaré que descubras quién es en su entrevista. Solo quiero decir gracias a impactU, gracias por creer, gracias por apoyar sueños como el mío.
¿Cómo te ves en el futuro?
Me veo como una profesional graduada, trabajando en un gran banco o tal vez en la empresa de cemento que suministró el cemento para la carretera de acceso a Tadó. Me encantaría tener la oportunidad de viajar por mi trabajo. También me gustaría seguir un posgrado en sistemas de producción dinámicos o análisis de datos. También me gustaría poder participar en proyectos dirigidos al Chocó, especialmente en nuevas empresas. Mi objetivo es contribuir al desarrollo de mi región y seguir creciendo profesionalmente.
Para concluir, cuéntanos sobre Tadó, Chocó. ¿Qué extrañas? ¿Qué deberíamos conocer?
Tadó ofrece una experiencia única: deliciosa comida, hermosos paisajes, rica diversidad de flora y fauna, exuberantes bosques y aire limpio. Además, es un lugar lleno de fiestas y gente encantadora. Aunque muchos de sus habitantes pueden no tener muchas posesiones materiales, viven con alegría y son muy talentosos. En el pueblo de Tadó, puedes admirar espectaculares puestas de sol desde el puente sobre el río San Juan. En marzo, puedes disfrutar de las festividades de San José en mi corregimiento de Tabor. El municipio tiene numerosos ríos y lugares para nadar, como el río Bochoroma, el río Mumbú, el río Mondó, la localidad de Arrastradero y la cascada de Santo Domingo.
La gastronomía de Tadó es otra maravilla. Puedes disfrutar de una variedad de deliciosos platos, como el bocachico, un pescado de agua dulce común en la región, preparado de diversas formas como frito, guisado, salado o en caldo. Los plátanos verdes también se utilizan frecuentemente en la cocina local. Mis platos favoritos son el tapado de chere, el arroz con maíz, los tamales de maíz y el caldo de guacuco con muchas hierbas aromáticas. Además, hay una amplia variedad de dulces, como papaya y coco, envueltos en plátano maduro con un toque de jengibre, y bebidas como el Birimbí, un dulce atole hecho con maíz fermentado, panela y especias.
En cuanto a platos más exóticos, se consumen alimentos como armadillo o un roedor silvestre que llamamos “ratón de monte”, aunque su consumo ha disminuido debido a razones de protección ambiental. Sin embargo, el área sigue siendo extremadamente rica en biodiversidad, con cientos de especies de plantas, árboles, aves, reptiles y otros animales que puedes disfrutar mientras exploras este hermoso lugar.
¡Únete!
Muchos otros jóvenes estudiantes, como Ketty, podrían beneficiarse enormemente de tu apoyo. Puedes marcar una diferencia significativa en sus vidas. Ya sea que dones tu tiempo como voluntario o contribuyas económicamente, estarías brindando un apoyo crucial para ayudar a otros estudiantes como Ketty a lograr sus sueños educativos. Tu participación abrirá puertas para ellos y contribuirá a construir un futuro más brillante para sus familias y comunidades. Apóyanos y cambiemos vidas juntos.
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